jueves, 21 de abril de 2011

Lo que pasó después

Cuando Ojeda se fue, nos quedamos realmente pocos en el poblado. Estaba claro que en esa situación teníamos miedo de que los Indianas nos atacaran.
Durante el primer mes no vimos ningún Indiana. Pensábamos que tenían miedo después de la última lucha, ¡pero no sabíamos que nos equivocamos tanto! Al principio del segundo mes de la estancia aparecieron unos Indianas, pero no nos atacaron. Se mantuvieron al margen del nuestro poblado y me parecía que nos observaban. Después de once o doce días desaparecieron otra vez, para llegar con sus "fuerzas armadas" al día siguiente. Durante toda mi vida nunca había visto tanta gente salvaje. No podíamos luchar con ellos, estábamos pocos. Teníamos que huir como cobardes a La Española. Que vergüenza...

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